Los modelos Impuestos
29.05.2013 12:06
Hay otro factor básico que impide que yo siga creciendo y es que el exterior me
está imponiendo, desde el principio, un modelo de comportamiento. El exterior
me dice cómo he de ser y cómo no he de ser. Este “como ser” va más allá de lo
que en principio parece, porque me dice lo que es correcto que yo piense y lo
que es correcto que yo sienta. Es decir, que no solamente es un
comportamiento externo sino que es un modelo interno, y no solamente me
impone este modelo sino que me juzga y me condena de acuerdo con mi
cumplimiento de este modelo.
En la medida en que yo asumo el modelo ,lo exterior pasa a ser la norma;
pasa a ser mi Dios, no la sinceridad, no la libertad interior, no lo profundo, sino
lo externo. Y en la medida que para mí es más importante ser de acuerdo con
un modelo que ser profundamente más y más yo mismo, en esta medida me he
prohibido crecer.
No quiero decir que el exterior no tenga que darnos modelos. Necesitamos
modelos para poder convivir. El problema es que se valora y se juzga al niño
en virtud del modelo y nada más.
Se hace del modelo el culto fundamental, de tal manera que el objeto de la
llamada educación suele ser, en la práctica, que cada uno se comporte del
modo que es debido. No que el niño viva más y más su autenticidad, su
plenitud. Lo más importante, lo fundamental, es que se comporte del modo
adecuado Se valora más el modo de ser que el ser.
El aceptar modelos puede ser hasta cierto punto necesario o útil de cara al
comportamiento exterior, pero el problema es que yo no vivo esos modelos de
cara al comportamiento exterior solamente, sino que me los creo y entonces los
vivo en relación al vivirme a mí mismo. En una palabra, estoy identificado con
los modelos, yo me confundo con el modelo.
Estos dos factores, el modelo impuesto, y por lo tanto el culto al modelo, y los
hábitos adquiridos o conducta condicionada, son los dos factores principales
que están impidiendo que uno siga creciendo en inteligencia, en energía y en
afectividad. Por eso, teniendo en nosotros la posibilidad de ser una plenitud
como seres concretos, estando destinados a poder vivir una plenitud
encarnada, generalmente estamos viviendo una frustración encarnada.